Su propio viaje a través del océano Pacífico. La permanente búsqueda de nuevas vivencias lo llevó a encargar la construcción de un velero de quince metros aparejado en queche, en el que empleó una verdadera fortuna y no menos paciencia.
Sin saber mucho de navegación, zarpó de San Francisco a bordo del Snark cuyos defectos incluían la falta de estanqueidad y la incapacidad de orzar y ponerse proa al viento. Le acompañaron su mujer y unos amigos. La determinación y el espíritu aventurero que los guiaba los llevó hasta Hawai, de allí a las islas Marquesas y más tarde hasta las islas Salomón; en todos estos lugares se vieron desbordados por la hospitalidad de la gente de los Mares del Sur.
Sin saber mucho de navegación, zarpó de San Francisco a bordo del Snark cuyos defectos incluían la falta de estanqueidad y la incapacidad de orzar y ponerse proa al viento. Le acompañaron su mujer y unos amigos. La determinación y el espíritu aventurero que los guiaba los llevó hasta Hawai, de allí a las islas Marquesas y más tarde hasta las islas Salomón; en todos estos lugares se vieron desbordados por la hospitalidad de la gente de los Mares del Sur.
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