Siniestro y temible, con el pelo tan negro como la noche y los ojos del color el ámbar, Hugh el Impacable hacía honor a su apodo. Había buscado durante mucho tiempo, sin éxito, la mágica piedra que le permitiría el acceso a su nueva propiedad. Al enterarse de que la piedra se encuentra en poder de Lady Alice, intenta acercarse a ella con el fin de lograr sus propósito.
Lady Alice, una joven experta en alejar pretendientes, advierte las intenciones ocultas de sir Hugh y sabe que él estallará de ira al enterarse de que la piedra ya no está en sus manos. Pero aún le quedan sus poderes para detectar el cristal, y aprovechará esa circunstancia para liberarse y liberar a su hermano del dominio de su malvado tío.
Cada uno actuará movido por un interés personal, sin saber que su voluntad quedará en un segundo plano y que el azar impondrá un nuevo rumbo a su vida.
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