Todos los vecinos de Louise North saben que tiene un amante y que éste la visita regularmente. Susan Townsend, la joven divorciada que vive en la casa de al lado, es la única persona a quien no le apetece inmiscuirse en este tipo de asuntos y se mantiene al margen de los chismes. Su discreción hará que Bob, el marido engañado, la convierta en su involuntaria confidente, mientras que Louise, hecha un mar de lágrimas, también acude a ella en busca de consuelo... Susan, que empieza a sentirse abrumada, ve cómo las cosas se resuelven del modo más trágico y abrupto posible: Louise y su amante Bernard aparecen muertos uno a manos del otro. Así lo ha determinado la policía, aunque un amigo de Bernard está seguro de que en esta resolución hay algo que no encaja.
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