Gemma Bastian es una enfermera inglesa que vive con terror, como sus contemporáneos compatriotas, los horrores de los bombardeos alemanes de la Londres churchiliana durante la Segunda Guerra Mundial. Tras ellos, la destrucción deja al descubierto no sólo las miserias e injusticias humanas, sino una desolación dignas de una auténtica aniquilación. Pero para esta joven lo más duro no vendrá de manos de los nazis dentro de su país, pues la noticia de la súbita y repentina muerte de su padre, arqueólogo en El Cairo, la pone en camino hacia una aventura que pocos serían capaces de soportar en sus propias carnes.
Bastian descubre al llegar a Egipto que su padre andaba tras la pista, nada más y nada menos, que de los evangelios gnósticos, unos documentos cuyo precio es incalculable y que podrían poner en jaque los más básicos fundamentos de la propia Fe cristiana.
Gemma tarda poco tiempo en comprender que las cosas nunca son lo que parecen y que, probablemente, la muerte de su padre, el doctor Charles Bastian, no fue tan natural como se presumió en un principio. Si, como parece, su padre dio con lo que buscaba, no sólo los documentos resultarían nefastos para los altos responsables de la Iglesia católica, sino que serían un arma singular capaz de desatar un desconcierto de proporciones desconocidas entre los creyentes de la Fe basada en Jesús y su obra.
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