En 1937, una joven Coreana de 14 años sale de la escuela, como cada día, sin saber que su vida dará un vuelco total al ser raptada por el ejercito japonés, obligándola a ejercer de “mujer de consuelo” para los hombres que pelean en el frente. Intentará sobrevivir a esta pesadilla, e incluso será capaz de enamorarse en unas situaciones que a cualquiera nos hundirían.
Las “mujeres de consuelo”, son una de las peores formas de esclavitud sexual que se conocen. Las jóvenes, en muchas ocasiones niñas, son arrancadas de sus hogares para que los soldados puedan satisfacer sus necesidades. Las arrastran por los campos de batalla para por la noche violarlas masiva y despiadadamente.
Las atrocidades de la guerra jamás dejan indiferentes, pero cuando lees un relato real, contado por la protagonista, te das cuenta del poco valor que tiene una vida para ciertas personas, la verdad es que consigue avergonzarme como ser humano.
Por lo menos me consuela su valor al relatar su historia, para intentar que nunca más se vuelva a repetir.
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